La salud es un bien fundamental en todo viviente y más en el ser humano por estar ligado a la vida y de ahí su importancia. En la modernidad se ha resuelto la antinomia entre la salud-derecho y la salud-deber.
La salud es un derecho, implica que el Estado tiene el deber de crear las condiciones necesarias para que la población pueda tener buena salud.
Igualmente en virtud del principio de justicia, debe garantizar, en forma equitativa, a todos sus ciudadanos, parcial o totalmente la asistencia sanitaria, al formar parte del mínimo vital que toda sociedad debe proveer sus miembros.
El derecho a la salud no implica el derecho a un servicio específico, aun si dicho servicio, fuera necesario para satisfacer una necesidad concreta de salud.
El individuo tiene derecho a un servicio específico, si los recursos de su sociedad permiten incorporarlo a un sistema que respete la equidad y la igualdad de oportunidades para todos.